A sabiendas de pequeños abstractos de la mente, nos recluimos en un cuarto oscuro… Escondidos, desconcertados, y excluidos de la vida… “La renuncia” simplemente un escondrijo, una táctica del amor, obsceno y sin recursos de sobrevivir, y luego nos atamos a pedazos de la carne, sin vida o sentimiento alguno… Un salto enorme, cuatro letras y un recurso de ensimismamiento…
El olvido simplemente nos recuerda dar, y un recuerdo nos recuerda mirar.
El amor es complejo, incesante y lleno de desvaríos, de baches y saltos, piedras y lodo. El amor es todo esto, es armonía y un poco de claridad. El amor atado a la realidad no es lógico, es incongruente, lleno de pesimismo y bloques de papel duro. Es un pequeño recuerdo de la muerte, y un gran gusto de la vida…
Enteramente, esto nos recuerda una pequeña parte del pensamiento, con silogismos neutros de la realidad. No pensamos en el amor como tal, amamos o nos abstraemos lentamente de él…
Pues si, el amor está ahí…

2 comentarios:

Anónimo dijo...

altamente destructivo

Anónimo dijo...

Simples altibajos en el camino, derredores y sonetos que vislumbran el camino, éste que pedalea y rompe la lujuria del sentido... Mordaz(?)...(jaja)
Un sentido simple de cenizas, tierras y destierras.
Y sin embargo, aún caminas hacia delante, con la mirada gacha y la moral entre las piernas, oh pobre de ti y de mí, que al seguirte pierdo mi camino...
Un día, tal vez una noche, todo se cubrirá ceniza y rojo ya no será tu corazón.

Al menos un díalogo de vocales y migajas de consonantes, miseras palabras quisiera tocar...

T.h.a.t...t.h.e...c.o.d.e-----